miércoles, 5 de diciembre de 2007

Qué ingenuo era...

Cuando era pequeño siempre he pecado de crédulo. Supongo que siempre queda un poso remanente a través de los años.

Recuerdo aquella vez que la profesora de infantil me preguntó donde había nacido. Nací en mi casa, en la misma cama en que nacieron mis hermanos. Este hecho junto a las historias de que es la cigüeña (viva la diéresis) la que nos trae, hizo que contestara a la profesora que yo nací en el balcón... jajaja.

Ahora con la perspectiva de los años observo aquella escena con otra luz. Sin duda la maestra, conociendo la bestialidad que nos gastabamos los del pueblo pudo pensar que realmente sacaran a mi madre al balcón para anunciarme... Mi mente infantil, por otro lado, unió los dos conceptos que tenía a mano, el hecho de nacer en casa y el que me trajera la cigüeña. Y en tales circunstancias, ¿por qué otra entrada que no fuera la terraza podría traerme el animalillo?

... y así fue como, mañana hace ya unas cuantas primaveras, en un viernes de invernal de otoño, a las doce y media, nací, cigüeña mediante, en la terraza (así llamamos al balcón) de mi casa....

torra

PS. Y hablando de ingenuidad, ¿es verdad que los reyes son los padres?

5 comentarios:

Unknown dijo...

Afortunadamente hay cosas que nunca cambian

Felicidades mi mago!!!

Mtiag dijo...

¿Y quién no es crédulo a ciertas edades? La ingenuidad reside en el reconocer abiertamente que uno se lo ha creído... o no...

"Los reyes no son los padres. Los reyes viven en el cielo y recuerdan a los humanos que creen en su existencia, cuando tienen hijos, que tienen que hacerles regalos el dia cinco de enero." Pablito, 5 años. ;)

Saludos cordiales. Felicidades igualmente.

Una Bruja... dijo...

jeejej , es realmente hermosa la ingenuidad, pero lo tuyo fue mas astusia que otra cosa. yo adoro eso de lo ingenuo, adoro no saber cierta cosas y una vez que las sabes renocer que hay cosas que mejor dejarlas para la ingenuidad.
te dejo muchos besos!
cuidate!

Torrado dijo...

gracias de corazón

Anónimo dijo...

Acabo de aterrizar en tu blog, y te mando un saludo. Pasearé por él sin prisa; con la sensación de entrar en casa de un amigo.

Un abrazo.

Jesús M. Landart