lunes, 29 de junio de 2009

Lo que embellece al desierto es el pozo que oculta en algún sitio...

Lo que embellece a una ciudad, por muy impresionante que ésta sea, es que en cualquier rincón, entre renuncios o en el sitio más insospechado, una flor lucha por perfumar con su legado de belleza y luz a los transeuntes principitos despistados...

En mitad de la arena, entre los brotes de hierba, o entre un montón de gente corriente, una rosa, como una cara o una sonrisa, como una carcajada que se expande ruidosa hacia el universo, siempre aparece para ponerte la casa del revés, para desmarañarte y devolverte, con un suspiro, la vida...

Neftalí

1 comentario:

Inma Cañete dijo...

Qué bonito. Leyendo este texto me ha apetecido irme de viaje a cualquier ciudad y ponerme a buscar rincones con flores.
Un abrazo!