miércoles, 13 de noviembre de 2013

Logaritmos

Con ese nombre raro, casi sacado de un libro de ciencia ficción:
- Hey Doc, ¿dónde dejaste el logaritmo de rayos catódicos?
- Lo puse junto al condensador de fluzo...
Con esa mezcla rara que suena a eslogan con ritmo. Con ese exotismo aterrador que destilan ciertos nombres matemáticos. Con tanta fiereza, va y resulta que el pobre logaritmo no deja de ser un actor secundario, un peón en la terrible legión de las operaciones matemáticas.

Pero ¿qué es un logaritmo? Un logaritmo es, ante todo, un amigo. Un amigo que está aquí para ayudarnos. 

Sí, mucho amigo, os diréis, pero, narices, ¿que es un logaritmo? ¡Venga ya!

Un logaritmo es una operación. La resta es la operación recíproca de la suma porque me revierte el efecto de la suma. Y la división es la recíproca de la multiplicación. Pues bien, la operación de multiplicar un número por sí mismo varias veces, lo que llamamos potencia, tiene dos operaciones recíprocas, la raíz, que nos permite "volver" a la base, y el logaritmo, que nos permite "volver" al exponente.

Por lo tanto, y de forma un tanto ruda, podemos afirmar que un logaritmo es una potencia travestida, tuneada o maquillada. Una potencia que le da vergüenza de aparecer en los papeles con base y exponente y aparece con la base preguntándole al resultado de la potencia, qué fue del exponente... Una forma retorcida de escribir una potencia a la que se le ha perdido el exponente...

Eso y no más es el bueno del logaritmo, tan incomprendido como modesto, que durante años sustituyó a las calculadores por su habilidad de convertir multiplicaciones y divisiones en sumas y restas.

El logaritmo, paradoja y reflejo de tantos de nosotros que bajo una fachada delirante e incomprensible, escondemos una sencillez solo apta para aquellos que tengan el tiempo y las ganas de llegar a conocer.

Será, como dijo el Principito, que últimamente la gente por falta de tiempo, lo compran todo hecho a los mercaderes, y que como no existen mercaderes de amigos, la gente no tienen amigos.

Espero que la próxima vez que os crucéis con un logaritmo por la calle no os asustéis, y que en lugar de eso le dediquéis una sonrisa de oreja a oreja que contenga el beneficio de la duda...

Torrado

lunes, 7 de octubre de 2013

7 años en el tibet.


"nada merece tanto ser cambiado como los hábitos de los demás"
Mark Twain

Dice un gran amigo, que los consejos son un reflejo de la persona que los da, acaso como si sólo sirvieran para aquel que está aconsejando. Tal vez tenga toda la razón Mark Twain. Tal vez nos gusta meternos donde no nos llaman, remover lo que no nos incumbe y quemarnos con el fuego que nunca debimos avivar. 

Tal vez, no es necesario que nadie juegue a ser justiciero desenmascarado, porque siempre el universo, o Dios, o cómo queramos llamarlo, se encargará de poner las cosas en su sitio. Y si una vez cada modelo en su matriz resulta que los trenes que pensabas que guiaban tu futuro no son como tú esperabas, o simplemente no van, o tal vez no vienen de donde pensabas, pues amigo, no pasa nada. La ruleta de la vida siempre esconde otra tirada (el truco es no desfallecer antes de encontrarla).

Otras veces maldecirás tu suerte viendo que los trenes que venían directo a tu estación fueron desviados in extremis por guardagujas malvados que los llevaron a estaciones cerradas donde gangrenaron el ciclo vital de esos pobrecitos trenes. Te quedarás diciendo: cómo pueden tener esos guardagujas tan pocos escrúpulos y como pueden los conductores de los trenes, caer engañados, una vez tras otra por las falsas señales de estos tipejos.

Y de nuevo te entran ganas de tomar un megáfono e informar de lo que está sucediendo. Y de nuevo nuestros avisos serán en vano. Y pese a eso, el universo es mucho más justo y más severo de lo que somos los humanos. Si puede condenar a familias a cien años de soledad, también puede desterrar a los pecadores a siete años de destierro en una suerte de Tibet personal.

Un destierro largo y cruel para pagar el daño causado:

En el primer año, la norma será rencor y odio. Te mirarán a la cara y te reprocharán con la mirada aquello que rompiste.

El año siguiente estará regido por la desconfianza. Cada intento de reconstruir será sistemáticamente barrido por el recuerdo del pecado.

El tercer año vendrá el exilio. Un exilio que debió comenzar con el pecado y que en un intento fútil de engañar a los dioses, se prolongó hasta ahora.

En el cuarto año comenzará el derrumbe moral. Te obligarán a negar tus principios, a seguir unas reglas que no son las tuyas. Empezarás a fracturarte.

En el quinto año te venderás por menos de nada. Aceptarás valores que van en contra de tus principios. Asumirás papeles que denigran tu concepción del mundo y del ser humano.

En el sexto año serás vendido a traficantes de almas. Tus decisiones ya no serán tuyas y ya no distinguirás el bien del mal, la mentira de la verdad. Serás un juguete roto en manos de niños crueles.

En el séptimo año, serás consciente de todo lo que has pasado. Tal vez alguien te espere en la puerta para ayudarte a volver a ser, y tal vez estés tan destrozado que ya no sepas distinguir a quien viene a salvarte de aquellos que te humillaron. Es probable que sientas un síndrome de Estocolmo tan aguerrido que prefieras seguir manteniendo el cordón umbilical con los secuestradores en lugar de agarrar la mano que te está ofreciendo la salvación. Y el mantener ese cordón umbilical puede que te acabe arrastrando de nuevo hacia la noche más oscura.

Pero todo acaba. Y ninguna condena es eterna. Y algún día, como hoy, como ayer, como el sábado pasado, con cualquier razón y sin ningún pretexto te darás cuenta de que el cordón umbilical, ese último lazo que te unía a tu condena ha perdido su poder. Lo ignoraste y ahora está seco. Y ya no tendrás ganas de hablar con los que ejercieron tu secuestro. Y desaparecerán. Y entonces abrirás los ojos, recogerás tu cuatro pertenencias, las meterás en tu hatillo, y volverás a occidente, donde esta vez sí, estarás preparado para empezar de cero.

Quien a hierro mata, a hierro muere, y todos los que alguna vez utilizaron la mentira o el cinismo para sacar tajada, tienen una condena de siete años esperando para grabarse a fuego en sus huesos.

Y pese a ello, siempre hay una segunda oportunidad para quien quiera aferrarse a la luz y dejar atrás la decadencia.


Torra



jueves, 3 de octubre de 2013

You go need somebody, to stand by you

"This song says, uh: No matter who you are, no matter where you go in life, in some point you go need somebody, to stand by you."
Oh yeah, Oh my darling, stand by me
No matter who you are
No matter where you go in life
You go need somebody, to stand by you.
No matter how much money you got
Or the friends you got
You go need somebody, to stand by you.
When the night has come
And the land is dark
And that moon is the only light we'll see
No I won't be afraid
No I won't, shed one tear
Just as long as you people, call and stand by me
Oh darling, darling
Stand by me, oh, stand by me
Oh stand, stand, stand by me,
C'mon Stand by me
When the sky that we look upon
When should tumble and fall
Or the mountains they should crumble to the sea
I won't cry, I won't cry
No I won't shed a tear
Just as long as you stand, stand by me
So darling, darling
Stand by me, Oh, stand by me
Please stand, stand by me,
Stand by me (2x)
So darling, darling
Stand "salanami", Oh stand "salanami"
Oh stand, Oh stand, stand, stand by me,
C'mon stand by me
Stand "salanami", Oh won't you stand "salanami"
Oh stand "salanami", stand by me,
C'mon stand by me
When the night has come
And the land is dark
And the moon is the only light we'll see
I won't be afraid "salanami"
I won't be afraid
Not a long, not a long as you... (yeah)
Stand by me. (yeah yeah)
;)

miércoles, 2 de octubre de 2013

Cuando yo era niño.

“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño”
Corintios 13:11.

Mientras ahí fuera la vida sigue latiendo a su ritmo, aquí dentro el hombre va abriéndose camino.

Las mismas calles tienen distintos adoquines. Los biseles de los marcos de las puertas ahora son apreciables a mis ojos que aprendieron de los morgaños. Incluso me es imposible pasar por una mesa cubierta de servicios agotados sin recogerla.

Cuando era niño, miraba como un niño, pensaba como un niño, frecuentaba lugares para niños, incluso hacía cosas de niños.

Ahora, consciente de que ese tiempo pasó, el reto estriba en habitar las nuevas ciudades, saborear los nuevos manjares, discurrir por los nuevos senderos, sin que por ello se pierda ni un ápice de la ilusión ni del entusiasmo del niño que de alguna forma, nunca debemos dejar de ser.

Neftalí

viernes, 27 de septiembre de 2013

Eva alumbrando un mundo que se apaga...

What a Wonderful World by Eva Cassidy on Grooveshark
Eva se dejó ver en 1963 y cantó. Cantó, cantó, cantó. Y cantó hasta que sus pulmones no pudieron cantar más. Y alumbró este mundo oscuro con una brizna de esperanza.

Eva tuvo que marcharse pronto. Casi por la puerta de atrás. Un año más joven que el propio Gustavo Adolfo. Se marchó tal como vivió, cantando...

Seguro que en algún lugar sobre el arcoiris, como un espíritu, una sonrisa o una oración, un pedacito de su mejor canción nos seguirá recordando que la vida es un milagro tan maravilloso como efímero...que la vida es un regalo innegociable... que la vida es un camino que hay que saber saborear instante a instante, sorbo a sorbo, paso a paso...

Eva... ¡gracias por todo lo cantado!
Over the Rainbow by Eva Cassidy on Grooveshark
Neftalí

P.s. http://es.wikipedia.org/wiki/Eva_Cassidy

martes, 24 de septiembre de 2013

Soñando tus sueños a través de mis ojos

Hubo cartas, muchas cartas, sino fuera porque el amor nunca es suficiente, algunos insensatos hubieran pensado que hasta demasiadas.

Julen, rebautizado Santiago, escribió a Talika, con su nuevo nombre Lara, tantas misivas que fue, ciertamente, imposible embotellarlas todas. Ni siquiera el bueno de Pablo logró rescatarlas a tiempo del olvido antes de partir.

Curiosamente, en estos días de un verano que se perfila tan largo como corto, merodeando a la Mar y sus entrañas, muchas notas despistadas de aquella historia acudían ruidosas a mis pies, como diciendo: Horacio, Horacio acaba lo que Pablo no pudo terminar de escribir.

Yo no quiero entrometerme. Aquel cuento fue el que fue. Si hasta le presté mi nombre a cierto personaje. Luego, mi mente blanda y mi corazón de niño, miran de nuevo al mar que con un guiño me espera paciente. Me agacho hasta sus lindes, toco la arena que huele a lluvia y en gesto que me recuerda a un beso, dejo que el océano me entregue esa botella que no supo, antes que ahora, aparecer.

La cojo en mis manos. La destapo, y empiezo a leer, otra carta de amor no numerada de un tiempo en el que Julen no tenía más ocupación que tejer una escalera por donde hacer escapar, esta vez si, a su correspondiente princesa:

Y luego el final...

Cíclicamente me empeño en recordar todas las vueltas que un destino insensible se empeño en obligarme a dar. Cada paso que me alejaba de ti. Incluso tu desaparición. 


En el fondo, como todo esto, versa sobre sobrevivir, nos conformamos pensando que seguir respirando tiene algo que ver con el hecho de estar vivos. Pero nosotros sabemos que vivir en otro camino que no es el nuestro es algo menos que estar en coma. 


El otro día me comentabas por carta, amor, que como es posible que el estar en contacto conmigo te haga sentir tan viva. ¿qué cómo es posible, me preguntas? Porque estás empezando a soñar tus sueños a través de  mis ojos. Porque estás empezando a atreverte a soñar que la felicidad que fue otorgada a otros también tiene sentido en tu cuerpo.


Algún día nos encontraremos. No hoy, ni mañana. Las cosas llevan su tiempo. Iremos vistiendo despacio, sin pausa pero sin prisa, las condiciones de un encuentro, punto comienzo de todo lo que nos queda por vivir. Tendremos que ser valientes, y tendremos que ser fuertes para dejarnos vivir sin miedos y sin la carga anónima de tantos años de sufrimiento. Pero llegará, Lara, llegará un día en el que no sólo mis cartas, sino también mis labios, sean los que te coman a besos.


T(ú) Santiago




El mago Basoalto

miércoles, 12 de junio de 2013

Ave Fénix

Nadie se preocupó de contar lo que sucedió con el Principito después de que le mordiera la serpiente. Nadie se preocupó de contar que el Principito, un poco como yo mismo, un poco como todos, tiene su alma fabricada de la misma masa con la que alumbra la llama de un Ave Fénix.

Y aunque resulte doloroso, sobre todo, para los que se acostumbran a andar a nuestro lado, aquellos en los que esta esencia se hace tan poderosa y fuerte necesitamos, de cuando en cuando, que el fuego que prende nuestros actos, nos consuma por completo en una pira de regeneración.

E igual que el ave mitológico, no quedará rastro de nuestros cuerpos anteriores.Y habitaremos otro cuerpo y tal vez parecerá que sigue siendo el mismo, tal vez, nadie se de cuenta del sutil cambio que se ha introducido en nuestro esqueleto, tal vez sigamos compartiendo la mayoría de los átomos con nuestro anterior estado.

Pero por dentro habremos muerto por completo y habremos resucitado.  Y el cambio pasará desapercibido para los que no saben mirar con los ojos del alma.

Y, de repente, de nuestras cenizas, cualquier noche, con cualquier pretexto, apareceremos como un niño pidiendo que nos dibujen un cordero y que nos den de beber.

Un niño que necesitará ser domesticado, amar, reír y ser amado, viajar y ser consolado, para poder completar el ciclo, para poder volver a morir, para poder volver a renacer...

Y nuestros temores, se irán diluyendo, a golpe de milagro, y la vida seguirá fluyendo como un río de fuego, por siempre y para siempre, en la infinidad del espacio-tiempo.


Nadie se preocupó de contar lo que sucedió con el Principito después de que le mordiera la serpiente. Pero de lo que estoy seguro es de que después del luto y la guadaña, después, tuvo que renacer como un Sol iluminando otro nuevo comienzo. Y seguro que allá donde esté, regará, regó y esta regando con sonrisas, como él sabe, despacito, el nuevo universo donde renaciese. Y cuidará sus huertas, y mimará sus flores y amará a sus gentes.

El Mago Basoalto

jueves, 6 de junio de 2013

Disparé

Saqué una pistola y disparé
contra todos los hombres buenos,
bailé con la muerte hasta el amanecer
y allí lloré por los dos.

Saqué una pistola y disparé
contra todos los enamorados.
Salté de mi tumba para robar
la luz de las estrellas.

Nena Daconte.

Disparé by Nena Daconte on Grooveshark

Será que tiene algo inexplicable, o que el sentimiento se le escapa por la comisuras del corazón, o será que las musas de la música caminan con ella... No sé por qué, pero lo que tengo claro es cada nueva canción de la Meneses es un descubrimiento, una obra de arte, una revelación, una excusa perfecta para sentirse afortunado de estar vivos y de tener a la música de nuestro lado.

El mago Basoalto.




martes, 4 de junio de 2013

99 razones...

Hace años Pablo decidió huir hacia adelante hasta su isla. Poco a poco fui contando ese destierro voluntario, pero, al hacerlo, descuidado de mi, dejé que mis propios sentimientos fueran, poco a poco, enterrando esa historia...

Hace unos meses me embarqué en el empeño de traer la historia hacia el frente. No simplemente desempolvando los manuscritos originales, sino sometiéndolos a un exigente escrutinio en pos de que solamente quedara en pie aquello que tuviera que ver con la historia y además tuviera una cierta calidad...

Así se fueron pariendo unos, recomponiendo otros, los capítulos de la misma historia contada de otra manera...

Aquí traigo para quien quiera leer el primer capítulo, la primera entrega.

Espero que esta vez, las letras no dejen escondida en el fondo una historia tan intensamente tierna.

Neftalí

99 - Capitulo I - Por Neftali


martes, 23 de abril de 2013

Las personas de los tiempos verbales

¡Qué mala gente que son las personas de los tiempos verbales!
No sois vosotros, ni somos nosotros, ni son ellos, ni siquiera ustedes. No es ella, ni es él, ni ello, ni vos, ni tú, ni siquiera yo. La culpa la tenemos todos y cada uno.

Por separado ponemos carita de cordero degollado, como si nunca hubieramos roto un plato. Tu tuviste. Ala. Y ya está. Pero claro luego a todas las demas personas les entra envidia. Y entonces él tuvo, y como ni ella ni ello van a ser menos, pues claro resulta que todos ellos tuvieron, y tú, mosqueado me presentas a él, a ella, a ello o a los tres, y entonces vosotros tuvisteis. Y digo, "jue", pos si yo también tuve, y resulta que nosotros tuvimos...

Así como Ariadna (como la editorial del mi libro de lengua en 1º de BUP) logró hacer escapar a Teseo del laberinto sin minotauro, así, tirando tirando, cada vez que una de las personas sale a relucir, las demás salen en tropel a escoltarla.

Y así empiezan a llenar, libros, chuletas, diccionarios.

Y no quiero ni siquiera recordar lo que hace cuando esta plantilla de gentes sin misericordia se asocia con la aguda lanza de los verbos irregulares... ¡un desmadre!

Por eso, aunque la primera persona del singular me cae muy de cerca, aunque la segunda sea la que me lea, aunque todas nos tocan en algún momento de alguna forma, digo yo, ¿no podían llegar a un arreglo para no complicarnos tanto las cosas?

Torra

sábado, 6 de abril de 2013

Una piedra en el camino

Yo sé bien que estoy afuera
Pero el día que yo me muera
Sé que tendrás que llorar

Dirás que no me quisiste
Pero vas a estar muy triste
Y así te vas a quedar

Con dinero y sin dinero
Hago siempre lo que quiero
Y mi palabra es la ley
No tengo trono ni reina
Ni nadie que me comprenda
Pero sigo siendo el rey

Una piedra en el camino
Me enseñó que mi destino
Era rodar y rodar

También me dijo un arriero
Que no hay que llegar primero
Pero hay que saber llegar

José Alfredo Jiménez.


Realmente las letras del maestro no tienen desperdicio.
Todo ahí, condensadito y con rima, como tiene que ser. Luego, llegas tú y ante estas verdades sólo te queda la posibilidad de asentir como un bobo.

Tal vez el sino de muchos de nosotros es precisamente ese, rodar y rodar. Y pese a todo, gracias José Alfredo por recordarnos que pese a los tropiezos, pese a los malos días en los que no te sale una a derechas, pese a los inconmesurables, todo queda en anécdota si finalmente sabemos llegar...

En ello estamos, amigo, en eso estamos...

Basoalto


domingo, 31 de marzo de 2013

Exégesis creativa

exegesis o exégesis.
(Del gr. ἐξήγησις, explicación, relato).
1. f. Explicación, interpretación.

Y a veces la vida se desliza tan deprisa, que necesitamos pararnos, como decía el maestro José, en una esquina del tiempo, para poder comprender lo que está pasando.

Y a veces los amigos, los amores, los conciudadanos... a veces nosotros mismos somos estrellas tan fugaces que perdemos la noción de reparar en explicarnos...

Pablo se sentó en una isla y se puso a escribir. Escribía como sabía, con las vísceras. Mandaba sus cartas embotelladas, unas colmadas de cieno, otras de sueños, otras de amoríos e incluso algunas repletas de naranja...

Y como le salía de lo más hondo cada carta era una bocanada inconexa, principio y final, honda y esquiva.

El otro día, limpiando el baúl de los recuerdos, me encontré con sus cartas amontonadas en un rincón. Me senté en mi sillón favorito y me puse a leerlas. A la tercera noté que su historia, tal como la vida, las amistades, o las palabras de los compañeros, necesitaba una explicación... y como buen ayudante de San Nicolas, acaso Sancho Panza de causas perdidas, entre este mar de palabras me enzarzo en una exégesis creativa que convierta en sistema circulatorio lo que Pablo me dejó como un charco de sangre.

Neftalí

martes, 26 de marzo de 2013

Palabras veloces

Lo que eres
me distrae de lo que dices.

Lanzas palabras veloces,
empavesadas de risas,
invitándome
a ir adonde ellas me lleven.
No te atiendo, no las sigo:
estoy mirando
los labios donde nacieron.

Miras de pronto a los lejos.
Clavas la mirada allí,
no sé en qué, y se te dispara
a buscarlo ya tu alma
afilada, de saeta.
Yo no miro adonde miras:
yo te estoy viendo mirar.

Y cuando deseas algo
no pienso en lo que tú quieres,
ni lo envidio: es lo de menos.
Lo quieres hoy, lo deseas;
mañana lo olvidarás
por una querencia nueva.
No. Te espero más allá
de los fines y los términos.

En lo que no ha de pasar
me quedo, en el puro acto
de tu deseo, queriéndote.
Y no quiero ya otra cosa
más que verte a ti querer.
Pedro Salinas

jueves, 14 de marzo de 2013

El hombre del traje gris...

...saca un sucio calendario de bolsillo y grita:

 
¿Quién sangra por do más pecado hubiere?,
¿Quién me cambia por tul desilusión?,
¿Quién sazona el amor con alfileres?,
¿Quién me descorazona el corazón?

 ¿Quién quema relicarios, pilas, naves?
¿Quién alquila mujeres de alquiler?,
¿Quién ha sacado copia de la llave
de los secretos de mi secreter?,

¿Quién oxida el limón de las campanas?
¿Quién se sabe perdido cuando gana?
¿Quién me ha metido el dedo en la nariz?

¿Quién roba, silva, reza, desayuna?
¿Quién planta girasoles en la luna?
¿Quién coño me ha robado el mes de abril?

                                              Joaquín Sabina.

domingo, 10 de marzo de 2013

1. Coherencia y estética



La vida, ese paréntesis, ese regalo, tiende a ser menospreciada por sus poseedores. La mayoría de las veces tendemos a no valorar lo maravilloso que tiene el simple hecho de estar aquí, y ese otro milagro, mucho más complejo, que resulta el ser conscientes de nuestra existencia.

Por eso JC, en la vida, como en el arte, la clave de todo, ese punto que te permitirá que pasado el tiempo no te quedes como un bobo sintiendo que podías haber vivido “mejor” la vida, es las dosis de coherencia y las dosis de estética que hayas añadido, la dosis de verdad.

La coherencia consiste en algo tan básico y a la vez tan caro, como remar siempre en la misma dirección. Intentar no andar 100 m. adelante y luego 100 m. hacia atrás, y además en el mismo camino. Es cierto que es el trayecto y no el destino el que nos hace crecer, pero si te dedicas a andar y desandar el mismo recodo de tu trayectoria vital, llegará un momento en el que acabes asqueado y con la sensación de estar encerrado en un bucle, en tu propio día de la marmota. Encuestas recientes aseguran que a la mayoría de las personas no le gusta su trabajo. Eso es debido en gran parte porque han convertido su camino hacia delante, ese de descubriento diario de un nuevo detalle, una mecánica rutina.

Porque, y presta atención a ello JC, la coherencia no es sinónimo, como muchos piensan, de rutina, al contrario, la coherencia es lo que permite que cosas tan diferentes como un brazo y una nariz formen parte del mismo proyecto, llamado cuerpo. La coherencia, ampliando el concepto de “rito” del principito, es lo que hace que “un día sea diferente de otro día, una hora distinta de otra hora y no nos volvamos locos”. “Es algo demasiado olvidado, pero tú, JC, no lo debes olvidar.

La coherencia nos hace caminar hacia el futuro, derechos, sin zigzaguear. Si nos desviamos, nos pone de nuevo el norte en su sitio. Si llegamos a un callejón sin salida, nos abre una forma, más o menos dolorosa, de seguir hacia adelante.

Y luego está la estética, la capacidad o las ganas de conseguir impregnar de belleza nuestro camino. La estética que, en el arte como en la vida, ha sido tan mal entendida. Bueno, no es que haya sido mal entendida, es que ha sido englobada dentro de la coherencia. Si un ser, por ejemplo, realiza “mierdas”, literalmente o no, y lo hace coherentemente, siguiendo un plan, por el simple hecho de utilizar el primer concepto del que hemos hablado, se le considera un artista, sin importar la calidad estética de lo creado. Sinceramente, creo que eso es un error. Debemos intentar que el mundo sea bonito. Amar con estilo, cantar con ilusión, reír a bombo y platillo, llorar rítmicamente. Debemos esforzarnos por que este mundo a nuestro paso sea un sitio más agradable donde vivir…

Obviamente, eso no consigue de la noche a la mañana (ya digo que muchos artistas se creen que simplemente por tener una idea y serles coherentemente fiel ya están haciendo un regalo al mundo). Eso se consigue trabajando, caminando en la dirección elegida y sobre todo, siendo muy crítico con uno mismo, mejorando lo que podemos mejorar de nosotros mismos y de nuestra obra, sin excusas, y potenciando todo aquello que tenemos y que vemos que genera un saldo positivo de belleza. No tener reparos en cambiar las veces que haga falta las ramas, manteniendo el núcleo, el germen, la idea, hasta que el resultado sea digno de ser llamado obra nuestra.

Toda acción conlleva una reacción, y a veces, en el largo camino de la vida, la distancia entre la causa y el efecto nos llevan a pensar que somos invencibles y que estamos por encima del bien y del mal. Pero, más tarde o más temprano, llegará un momento en que tocará hacer balance, pagar deudas o recibir honoris causa, y el cómputo positivo lo aportará la carga de coherencia y de belleza que hayas generado, así que nunca olvides JC, de impregnar con ellas todo lo que hagas.

Torra

miércoles, 13 de febrero de 2013

El reencuentro de Viola y el Barón


He vivido trepado a los árboles,
desde arriba cacé jabalíes,
tuve incluso un amigo bandiodo,
leí muchos libros, canté y escribí.

-¿Has vivído colgado en las ramas
de los árboles sólo por mí?
¿Me amarás por encima de todo?
Cosimo la mira y le dice que sí.

Y pinta un corazón como un tesoro,
como un secreto que se esconde entre las hojas
y dentro una canción,
Cosimo quiere a Viola
mucho mucho, tanto tanto,
mucho más que tanto, a Viola.

-¿Has traído hasta aquí otras mujeres?
Él le dice que no,
bueno sí.
-pero nada te iguala en el mundo
y Viola responde -tú que sabes de mi.

Y descubren los mapas que esconden
cada cual en su forma de ser,
y desnudos durmiendo en un roble
bebieron los rayos del amanecer.

Y siempre el corazón,
como un tesoro
como un secreto que se esconde entre las hojas,
y dentro la canción,
Cosimo quiere a Viola
mucho mucho, tanto tanto,
mucho más que tanto, a Viola.

"Lo que quieras, seré lo que quieras",
eso fue lo que él quizo decir,
pero dijo -soy sólo el que soy
y seré para siempre reflejo de mi.

Ella quiso decir "yo te quiero,
como seas te habré de querer",
pero dijo -sé tú, para siempre,
tú sólo y adiós-
a las rama se fue.

Y ahí queda el corazón,
como un tesoro,
como un secreto que se esconde entre las hojas
y dentro la canción y dentro una canción
Cosimo quiere a Viola
mucho mucho, tanto tanto,
mucho más que tanto, a Viola.

Pedro Guerra

domingo, 27 de enero de 2013

A cántaros

Stop! Debe estar escondido detrás de cualquier cuadro, o dentro de la espuma del respaldo de la silla. En el filamento de aquella bombilla antigua. O tal vez, el único sentido en toda la trama, de llegar hasta aquí es leer la inscripción cuneiforme del artefacto babilónico...


Puedo sentir que el viento acarrea cambio, todo huele a distinto y la electricidad estática se derrama por los cinco costados... Está oscuro, las nubes han tapado la luna, y los relámpagos casi se tropiezan con los truenos. Sería sensato hacerme un ovillo en algún rincón seco y protegido, sería sensato huir pasando desapercibido...

Pero, no, hoy me apetece salir a bailar, hoy me apetece mojarme del todo, mojarme porque yo lo decido, mojarme para, otra vez, dejar de ser, mojarme hasta deshacerme. Ojalá, que alguna migaja de mis restos, alguna rama de mí, se agarre a la tierra y brote un nuevo yo, distinto, más alegre, mejor. Pero eso, ¿acaso importa? Los campos seguirán poblándose de amapolas con o sin mí. Los pájaros seguirán surcando los cielos. Y la alegría que un día me acogió en su seno, seguirá sonando sin fin. El sentimiento de que la vida sabe cuidarse sola me reconforta.


Hoy, miro cara a cara a la tormenta. Con las ráfagas de agua se forma un rostro que me pregunta porque tiene que perdonarme el matarme fulminado con un rayo. No quiero clemencia. Mi consciencia ha estado durmiendo durante un largo invierno, pero, esta vez,y no me lo creo, mi cuerpo ha aprovechado para asimilar la digestión del letargo. Y todo el lastre de cosas maravillosas que solté para alcanzar este peldaño, al abrir los ojos, está aquí, sin estarlo, conmigo, fortaleciendo por dentro mi corazón adormilado...

Así de pie, frente a la tormenta comprendo lo corto de nuestro recorrido humano... Un golpe de viento o un mazazo y adiós... Y sin embargo, salgo a bailar bajo la lluvia, a mojarme a cántaros, a disfrutar de que hoy me vuelven mis ganas guerreras, y salgo de un salto a cantar a voces a la calle, porque hoy, como ayer, como mañana, la vida me bendice, un día más, con su milagro...