Dentro de una servilleta, de un avión de papel, de un blog o de una canción. Detrás de una esquina o al cruzar la calle. En una ráfaga de viento o en el reflejo vidrioso de ojos transeúntes contra escaparates. En un anzuelo o en un recuerdo...
Donde menos buscaste se enreda una escusa pequeña, presta, resuelta y dispuesta a salvarte y a dejarse salvar. La casualidad que estabas esperando acude a tu rescate!!!!
Déjala que se pose. Déjala obrar!!!
Neftalí
2 comentarios:
Pues yo sigo esperando que llegue mi casualidad...
En fin, a ver si con mi nuevo "curso" dopo un poco el asunto. Ya te contaré qué tal funciona, jeje.
¡Saludos!
uffff
yo tambien espero que llegue a mi...
abrazos!
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