miércoles, 25 de febrero de 2009

Hic sunt leones...

Cada día trae algo nuevo, algo diferente, algo delicioso...

La clave está en tener suficiente tacto, espacio y acierto como para no convertir el ramo de rosas en un puñado de espinas desbocado...

Decía el poeta que la ardiente paciencia nos hará conquistar una espléndida felicidad... Amasando la amistad a golpe de pétalos, gota a gota, dejando que la mano recorra primero la esquina, luego atraviese la pared arrugada y caprichosa hasta llegar al marco de la puerta, después adivinar el pomo, investigar con los ojos cerrados todavía el mecanismo de apertura (y cierre). Por último probar si la puerta se abre al tirar o por el contrario si tengo que buscar la llave debajo del felpudo... o si, en el peor de los casos, tengo que abrir los ojos por si me confundí de casa...

Para elegir piso tengo buena mano, aunque haya habitado alguna casa sacada de la serie "cuéntame", generalmente tengo buena mano con la gente con las que dedico y cultivo mi tiempo... Un séptimo sentido para discernir entre palacios pomposos y vacíos, casas amigables y acogedoras, o oscuros callejones con sillones tapizados a donde hacer negocios llaman vivir...

Para elegir gentes la tengo mejor...

Y luego está la poesía y la música, y los volcanes, los asteroides y las rosas... y sobre todas esas notas una verdad incuestionable: el tiempo que dedicas a los amigos, a las estrellas y a las rosas hacen que estas adquieran su valor...

Dormid mucho...

Basoalto

3 comentarios:

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Precioso rincón tienes...muy contenta de llegar...y a partir de hora...de quedarme.

Torrado dijo...

bienvenida a esta mi casa que también es tuya...

SolAR dijo...

El tiempo no te trae nada nuevo,diferente y delicioso, por el contrario eres tú, quien eres diferente, nuevo y delicioso.

Las proporciones de la risa son la medida del ánimo que nos embarga, y así reflexionando las palabras acuñadas por los labios, valvucean que el tiempo no tiene significado sin sujeto que valga.

El anhelo nos consume y renace una y otra vez en el corazón, y el espacio que habita entre los seres se dispone accesible, casi como una cosa, para que volquemos en esa pequeña superficie fecundidad infinita.


Te cuelgo en mi blog.

Saludos.de