Y si tus sueños son tan válidos como los míos...
Una vez me propuse curarte, cuidarte, salvarte. Cubrirte con una cúpula de cristal o con un biombo. Regarte cada mañana, eliminar las hierbas sospechosas que iban creciendo a tu lado. Incluso te quité las orugas que se deslizaban sobre tu grupa (excepto las dos o tres de rigor, precio escaso para disfrutar luego de las mariposas)...
Una vez me propuse hacerle comprender a una rosa, como quien se lo propone a un alumno o a un amigo, que lo mejor era lo correcto...
Sólo el tiempo, la vida y la perspectiva, te va enseñando que todo lo que tiene que ser acaba ocurriendo, que no hay caminos mejores ni peores, que en muchas ocasiones las buenas intenciones no garantizan estar intentando lo necesario, ni lo adecuado, ni lo correcto...
Al final todo siempre vuelve a lo mismo, la ardiente paciencia, el equilibrio entre dentro y fuera, entre el amigo que vive dentro de nuestro pecho y el que habita otras fronteras, entre el alumno que se enroca y el maestro que se esmera, entre la rosa que se hace la tonta y el principito que se desespera y se lanza a buscar amigos a asteroides regidos por peligrosas estrellas...
Y es que pese a todo, la clave está en la calma,y vivir según te va saliendo, en comprender que mis razones no son mejores que las tuyas y, por supuesto, en la capacidad de vivir la vida con las ventanas de sentir completamente abiertas...
Neftalí
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