lunes, 23 de julio de 2007

Watching the wheels

People asking questions lost in confusion,
Well I tell them there's no problem,
Only solutions,
Well they shake their heads and they look at me as if I've lost my mind,
I tell them there's no hurry...
I'm just sitting here doing time...

Todos estamos unidos en esta ruleta. Todos unidos en este rodar. Cada vuelta de tuerca, cada paso, cada caricia, nos acerca y nos aleja a todos de cada uno de los demás.

La muerte de un hombre, de cualquiera de ellos, del más misericordioso o del más villano me inunda y me desala, me desertiza y me riega como a campo que sueña diluvios y tempestades de arena. La suerte de un hombre, digna, honorable u horrenda me convierte en cómplice y parte, en testigo y jurado, en instrumento y arma ejecutoria.

Basta ya de mirarnos de reojo para descomprendernos y desencontrarnos, basta ya de hacernos los tontos, de desmentir que el milagro fue otro acto más de ilusionistas y titiriteros. La vida empieza y termina en el mismo lugar e instante en que nos la tomamos demasiado a broma o demasiado en serio. La vida empieza o termina por desmerecernos en el mismo segundo en que rompemos las reglas y pretendemos llevarnos el tablero (y por más que el scatergoris lo haya convertido en chanza, es una cruel realidad reiterativa lo que hacemos y hacemos y hacemos)

Después llegan los otros, los hombres del otro lado, los automarcados por su férrea disciplina militar para fortalecer a la estirpes de guerreros a alistarnos a su absurdas guerras con sus cruces y sus flechas. Y sabéis que nosotros no necesitamos más reyes ni religiones ni profetas, porque todos los que tuvieron que llegar ya fueron y ahora es tiempo de sacar las orejas, oír, pensar, sentir, tomar un poco de tierra y saborearla... y al levantarnos, todos en conjunción menor, creer que es posible ganar la batalla sin la batalla.

Ender Wiggins