lunes, 2 de julio de 2007

me dejaste la ceniza y te llevaste el cenicero...

Ten cuidado con lo que deseas porque corres el riesgo de que se cumpla lo que pidas.

Extraños días en los que volar apenas cuesta un billete (de 50 maravedies), y una humilde morada más que algunas vidas.

En toda esta maraña de vaivenes y sinsentidos, ten siempre un norte, una estrella polar (de verdad, de verdad, que diría el osito del chiste) una certeza a la que recurrir en noches de niebla.

Actúa siempre desde la sinceridad y la belleza, desde la verdad y las buenas intenciones. Es cierto que no se puede salvar a todo el mundo, es cierto, que muchas veces de frente y otras de soslayo, acabamos o empezamos metiendo la pata con quien menos (o más) se lo merece. Es cierto que todos cometemos faltas, hurtos y delitos, es cierto...
Pero que todo sean derivaciones o efectos secundarios de hacer siempre lo que te pide tu corazón, de serle fiel a tu ombligo, del disfrute de nadar hacia la boya que flota encima de tus princip(eces)icios...

Qué todo lo que hagas, hasta tus incongruencias, respondan a tu forma de reír, de mirar, de suspirar, que todo lo que hagamos sea porque lo decidimos, qué queramos todo lo que tengamos (sin tener porque las cosas de verdad no se poseen) qué hagamos todo lo que queramos hacer. Qué habites allá donde decidas, qué cada segundo de tu vida sea una fiesta.

jajajajajajaja

Torra

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