jueves, 16 de agosto de 2007

Reinventémosnos

hoy toca órdago a chica, estrellitas de sopa, chispas, risas. Hoy toca mirar por la ventana y ver el mar. Mirar por la ventana y tocar el mar. Hoy toca pisar por donde nunca pisamos, por donde nunca volveremos a pisar, sembrar madreselvas y racimos de ternura impertérrita, surtidores de sed, manantiales de mañanas, olor a silencio, manchas de suspiros que resucitan el eco de un "te quiero"

Hoy toca sentarse y conversar, detener los relojes y adelantar el tiempo, pedir a nuestra imagen que salga del espejo, que se siente a la diestra, con extra de hermosura y perlitas de sinrazón. Hoy toca cumplir no años, pedir no deseos, acordarse de nuestras no penas, quedarse parados mirando las hojas movidas por el no viento.

Hoy toca llegar donde nadie llegó, dejar que nuestra ropa nos vista a nosotros, ser el res que se la sever, ser la media verdad que nuestra ilusión inspira, ser la media mentira que sólo atrevemos a creer cuando nadie nos mira, ser el peso que se eleva ingrávido por encima de nuestras no costillas. Hoy toca luna nueva brillante y cegadora, hoy toca música imposible compuesta por una suerte y colección de notas que aun no comprendemos.

Hoy toca algo más, hoy toca salir al mar y convertirse en mar, hoy toca beber vino y convertirse en el que vino a rescatarnos de nosotros mismos, hoy toca ser cometa y convertirse en cielo o en estrella, en Principito o en bacteria, hoy toca abrir el alma y partirse y compartirse, amar y amarse, impregnar e impregnarse, claudicar y conquistarse, y dar vueltas. Sobre todo dar vueltas, porque en cada nuevo ciclo, en cada nuevo giro, en cada rotación, encontraremos la libertad y el solitario secreto del que ya puede ser un niño porque hace tres ratos que perdió la vergüenza, la desesperanza y el miedo...

Neftalí

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