domingo, 4 de noviembre de 2012

Agárrate...

Y mientras, el agua sigue desnudándonos. Y mientras, la orquesta sigue tocando.
No hace tanto fuimos niños descubriéndolo todo. No hace mucho que nos daba igual perseguir a un escarabajo pelotero, que bailar en la plaza del pueblo. Y tal vez hace demasiado. El agua sigue cayendo hacia abajo y yacemos enredados entre la comodidad y el barro...

Pero no todo se ha perdido. 


Algún día me escaparé de manicomio. Arrancaré a pulso el dispensador de agua. Atravesaré la ventana e iré a rescatarte...


Algún día te buscaré hasta encontrarte, te tomaré de la mano y nos desdibujaremos en una estampa dentro de un inmenso sol poniéndose.

Algún día, mientras escuchas tu canción, apareceré con una sonrisa tras las rejas, y saltarás y soltarás la tela de Ariadna que paciente tejes, y bailarás como si aquel tiempo de ser niños aun existiera...

Y lloraremos...


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