martes, 23 de abril de 2013

Las personas de los tiempos verbales

¡Qué mala gente que son las personas de los tiempos verbales!
No sois vosotros, ni somos nosotros, ni son ellos, ni siquiera ustedes. No es ella, ni es él, ni ello, ni vos, ni tú, ni siquiera yo. La culpa la tenemos todos y cada uno.

Por separado ponemos carita de cordero degollado, como si nunca hubieramos roto un plato. Tu tuviste. Ala. Y ya está. Pero claro luego a todas las demas personas les entra envidia. Y entonces él tuvo, y como ni ella ni ello van a ser menos, pues claro resulta que todos ellos tuvieron, y tú, mosqueado me presentas a él, a ella, a ello o a los tres, y entonces vosotros tuvisteis. Y digo, "jue", pos si yo también tuve, y resulta que nosotros tuvimos...

Así como Ariadna (como la editorial del mi libro de lengua en 1º de BUP) logró hacer escapar a Teseo del laberinto sin minotauro, así, tirando tirando, cada vez que una de las personas sale a relucir, las demás salen en tropel a escoltarla.

Y así empiezan a llenar, libros, chuletas, diccionarios.

Y no quiero ni siquiera recordar lo que hace cuando esta plantilla de gentes sin misericordia se asocia con la aguda lanza de los verbos irregulares... ¡un desmadre!

Por eso, aunque la primera persona del singular me cae muy de cerca, aunque la segunda sea la que me lea, aunque todas nos tocan en algún momento de alguna forma, digo yo, ¿no podían llegar a un arreglo para no complicarnos tanto las cosas?

Torra

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