lunes, 14 de enero de 2008

Fiebre

Pese a todo y sobre todo, un vendedor de palomitas que sueña con barcos a la deriva nunca será feliz, si al menos una vez al lustro no intenta cumplir sus sueños... Si al menos no se convierte en un portador secreto de la antorcha...

Y claro que las revelaciones duelen.

Duelen cada mañana, cada tarde. De pronto te enseñan una nueva forma de mirarlo todo. Y te suena a chino, pero de repente, una mañana "aprehendes" esa nueva forma de mirarlo todo y parece como si los demás puntos de vista fueran viejos y sucios y se descompone el mundo en cristales brillantes como un camino de estrellas.
Después cuando despiertas y comprendes que todas las partes de tu cuerpo siguen en su sitio, cuando empiezas a asimilar que tal vez todo fue un sueño, cuando por fin tus ojos ven como siempre, la sensación de que todo fue una pesadilla te tranquiliza. Aun queda el dolor y las nauseas sumergidas, aun queda un rastro del mundo distorsionado de antes, pero nada que un par de mentiras y un par de calmantes no puedan aplacar...
Hasta que mirando una farola, un bastón, un perro o un espejo te das cuenta de que ahora además de verlos como siempre hay otra perspectiva imposible...

Todo estaba escrito desde antes de nacer. Nos hacen con unos ojos limitados por nuestra propia conciencia. Cuando la conciencia se expande, nos duele el alma, tal como cuando crecemos con la fiebre, tal como le duele cada brote a la planta incipiente. Después cuando nos ponemos buenos, cuando el dolor se aplaca, algo ha cambiado tan dentro tan dentro que nunca volveremos a ser quien fuimos, porque seremos, mas grandes, mas brillantes, más intuitivos...

Conozcamos, crezcamos, experimentemos, seamos justos a través del conocimiento de todos los testimonios, seamos imparciales, mirando desde los ojos de todas las partes, seamos amplios como el cielo o como un beso, y en todo ese proceso cada vez que nos crucemos SONRÍE (aunque por dentro se te esté estallando la semilla o los huesos)

Neftalí

3 comentarios:

Unknown dijo...

;)

Anónimo dijo...

"Después cuando nos ponemos buenos, cuando el dolor se aplaca, algo ha cambiado tan dentro tan dentro que nunca volveremos a ser quien fuimos, porque seremos, mas grandes, mas brillantes, más intuitivos..."

Recuerdo que me lo dijiste hace tiempo como 50 veces... y tenías razón ;-)

¡Gracias!

Mtiag dijo...

Es añadir a nuestra memoria empírica una nueva manera de ver las cosas. La vida, la naturaleza, no hacen más que enseñarnos continuamente. Falta que lo sepamos ver.

En cuanto al resultado, según cómo aprovechemos la experiencia, así seremos...

Un cordial saludo y va mi sonrisa XD