martes, 8 de enero de 2008

Gano... por el color del trigo


Cuando era pequeño me regalaron una magnifica edición bilingüe, español-francés, del Principito (por cierto, con una traducción más "salá" que la que circula ahora por internet) . Por aquellos entonces mi mentecita inquieta no estaba preparada para absorber los conocimientos que se derramaban dentro de aquellas páginas...

Años más tarde aquel libro se convirtió en uno de mis referentes, en una campo de césped donde tirarme a descansar cuando no encontraba la salida o en una fuente fresca donde beber cuando lo que necesitaba era saciar la sed de mi alma... Al igual que el Principito con sus atardeceres yo lo leía a él, cada vez que me encontraba rodeado de melancolía...

Poco a poco fui empezando a ver las líneas escondidas, los mensajes de detrás de las palabras, la forma en que se imaginan corderos o se sobrevive a una picadura de serpiente, aprendí a conocer la luz que emanan de las gentes en silencio, los tesoros escondidos en los bajos fondos de los ojos y las sonrisas... pero sobre todo aprendí una cosa: somos responsables, responsables de las cosas que domesticamos, pero sobre todo somos responsables de no olvidarnos de las verdades escondidas que ya encontramos...

...cuando el zorro encontró al Principito, le exhortó que le domesticara. El Principito le respondió que no tenía tiempo, que tenía que hacer amigos.
"Sólo se conocen las cosas que se domestican. Si quieres un amigo domestícame"
y entonces el Principito comprendió que la amistad está por encima de los aquí, los ahora, los adioses y los jamás, porque cuando compartes una fibra de tu corazón, por mínima que ésta sea, es como si una sonrisa eterna se hubiera clavado en la contraportada del alma, porque nadie ya nunca podrá hacernos olvidar ni los zorros, ni la arena, ni las farolas, y siempre tendremos una palabra presta en la boca para responder: sí, gano, por el color del trigo.

Neftalí

5 comentarios:

Una Bruja... dijo...

es un libro maravillo aquel querido neftalí yo lo leí ya media vieja, hubiera deseado leerlo cuando niña ya que con de esos libros que puedes leer en difenretes etapas de la vida y del cual puedes sacar diversos resultados! me hubiera gustado comparar, sin lugar fue mediante ese libro qeu al fin supe lo que era domesticar, y con el cual comparti varias visiones con un amigo que tuve en su tiempo y que extraño, y que en realidad cada vez que me hablan del principito lo recuerdo. te dejo muchos saludos! y cariños!
lindo tema!
besos

Torrado dijo...

... y cada vez que lo leo y lo vuelvo a releer descubro algún trozo de magia escondido debajo de alguna palabra... o en mitad de una pausa...

sabés? me pasa igual con el disco raíz de Pedro Guerra... si no lo conoces recomiéndotelo.

Abrazos...

Le Petit Prince

Una Bruja... dijo...

uy ni idea de ese señor averiguare de quien se trata..;)
saludos!

Anónimo dijo...

¡Qué de tiempo hace que no le meto mano al El Principito! Es uno de mis propósitos releerlo cuando acabe los exámenes, a ser posible en francés, así que ya me dirás editorial y año de tu edición biligüe, que me la voy a comprar :)

¡Un abrazo!

Mtiag dijo...

A mi hijo ya le hice la primera lectura e incluso trabajamos un cuaderno realizado ex-profeso para su entendimiento. También vimos el musical en francés.

Saludos cordiales.

Yo soy el elefante. Superé a la boa.