jueves, 7 de febrero de 2008

Teoría de Shrek


La Teoría de Shrek es una explicación de cosecha propia que intenta buscar un poco de luz al complicado concepto de la felicidad, y sobre todo a la pregunta: ¿ser simple la garantiza?

La teoría de Shrek dice lo siguiente:

Las personas somos comos los ogros, y estos a su vez como las cebollas: tenemos capas. Estas capas nos vienen dadas por nuestra carga genética y nuestro desarrollo primario y una vez alcanzamos la adolescencia se estabilizan. Se llega a un punto en el que una persona queda constituida por esas capas. Hay gente que sólo tiene preocupaciones cotidianas, son los llamados monocapas, otras personas en cambio tienen más necesidades internas, artísticas, intelectuales, espirituales... desarrolladas en mayor o menor medida.

Todas esas necesidades son las que componen las capas que son extensas áreas de terreno interior. Y esas necesidades son insobornables. Cuando se tienen, se tienen y no se puede mirar a otro lado y fingir que no están puesto que tarde o temprano acabarán saliendo a flote...
Es mucho más interesante cultivarse en cada capa, plantar frutales, zanahorias, lechugas, tomateras, maizales... Adecentar las tierras, marcar los lagos, las cumbres, los valles. Construir sombrajos y refugios, casas y cuevas... HABITAR NUESTRAS CAPAS. CONOCERNOS A NOSOTROS MISMOS, EXPLORARNOS, conquistar nuestros océanos y nuestros desiertos, nuestras mesetas...

Por el contrario si renunciamos a comprender todo lo que se esconde en cada nivel, la maleza y el desorden acabarán consumiendo nuestro subsuelo y oleadas de inquietud nos invadirán cíclicamente hasta acabar con nuestra asueta calma.

Y volviendo a la pregunta del principio. ¿Sé es más feliz mientras menos capas se tiene?
En mi opinión el ser más feliz depende de lo adecentadas que tengamos nuestras capas. Si tenemos bastas regiones dejadas de la mano de dios, ahí crecerán fantasmas que nos harán la vida imposible y lo que es más cruel sin saber siquiera de donde salen.

El ser simple no garantiza ser feliz pero al disponer de menos áreas que explorar y poner en orden, prácticamente en muchos caso el discurrir diario basta para poner todo en su sitio, y las personas monocapas suelen ser razonablemente felices.

Cuando se tiene más que ordenar es más costoso y corremos el riesgo de dejar partes de nosotros sin conquistar bien por pereza, incapacidad o desconocimiento.
Pero si logramos con paciencia, ímpetu y sabiduría conocer nuestra intrahistoria dispondremos de una felicidad radiante, plena y ancha como el mismo sol... estaremos en disposición como dijo Neruda de alcanzar nuestra espléndida felicidad...

Tal vez conquistar nuestras capas sea solo cuestión de ardiente paciencia.

Torra

2 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

Interesante teoría, el burro es mas feliz que Shrek, pero con ardiente paciencia podemos ser felices aunque tengamos muchas capas.
Saludos

Torrado dijo...

y liberar princesas...
y conquistar reinos...
incluso llegar a comprender que con las capas atusadas una ciénaga es tan linda como un palacio...

gracias por estar por ahí...