jueves, 5 de marzo de 2009

Puertas

Daniela por dentro está llena de puertas, unas cerradas y otras abiertas...

Y a veces es difícil ser, lo que es no es siempre lo que es, y lo que es no es siempre lo que ves. A veces los rápidos nos envuelven y la vista se nos vuelve de repente todo oscura, y las tardes se repiten de forma voluptuosamente sospechosa, y los esfuerzos resultan baldíos ante el tropel de acciones incoherentes que nos mantienen entretenidos haciendo qué...

Y a ratos la risa se desgasta y la lengua se empasta entre los dientes y todo resulta recurrente e imposible... Como si acaso este juego hubiera llegado demasiado lejos y las únicas puertas de las que conseguimos averiguar las claves fueran trampas que nos lanzan al mar de la ignorancia y la duda...

Y hay momentos en los que la fuerza no está con nosotros y somos pequeños miriápodos petrificados en la cola que espera la reasignación de reencarnaciones...

Pero no debes tirar la toalla, no debes rendirte, no debes bajar los brazos y sentir que tus pecados son peores que los de cualquiera... Todos sufrimos, todos caímos, todos nos vimos golpeados con el picaporte de la puerta de los mejores sueños... y todos al final llegado el momento de brillar, brillamos como un lucero entre las nubes cuando la noche o el frío ventoso siguen ululando...

Nadie dijo que esto fuera fácil, pero cada golpe de tos, como cada dolor o cada fiebre, cada momento de desesperación que te encuentres en tu matutino pasear, cada incidente será como si te creciera de repente "un cacho" el alma... Existen otras formas para expandir la conciencia pero cada duda te cultiva y te engrandece porque por cada duda hay una respuesta nueva que antes no tenía cabida en ti, una respuesta por la que has de crecer para poder contenerla...
Y a mayores preguntas, mayores respuestas, y aunque el miedo te atenace justo antes de la salida del sol, cuando la noche se hace más escéptica, con los primeros rayos verás y comprenderás que los momentos en los que te encuentres perdida son el germen y raíz, la receta agridulce, de esa tarta impresionante, que llamamos vida...

Eso sí, hay que tener paciencia para cocinar los ingredientes antes de que la tarta se convierta en tarta... Ánimo

Torra

2 comentarios:

Inma Cañete dijo...

Es verdad lo que dices, los momentos de crisis son los que hay que aprovechar para crecer. ¿La tarta puede ser de chocolate?

Anónimo dijo...

Intentaré buscar el tesoro en en Sahara... y disfrutar el viaje...

Gracias
*Pau*