lunes, 11 de junio de 2007

Mares

Lo que hayas de hacer hazlo desde el derecho no desde el desvelo. Desde la lealtad no desde la impotencia. Desde la grandeza.

Todo lo que hayas de hacer hazlo abriendo la ventana y cantando salves y salvas al nuevo día. Cada estrella se debate entre la fuerza emergente y las bocanadas de congestión gravitatoriamente implosiva. Luego cuando un rayo de sol alienta en un lugar lejano a más de 8 minutos de distancia, de la tierra, la humedad y un grano, nace la hierba del mañana, la flor de la esperanza.

Si pudiera alcanzar cada lugar al que llego me volvería loco. Por eso me desgrano en pedazos contados de arcoíris que dejo furtivamente aquí o allá. Si me preguntas, yo no fui. Tan sólo el viento y la sensación de que un espíritu bueno, como un trovador o un mago, estuvo esta noche en tu habitación y te dejó una nota de buenas noches debajo de la almohada. Y nada más...

Duerme bien, y que la libertad del que está poseído por la desesperanza se convierta en la excusa perfecta para crecer a beso y espada hasta más allá de allá.


En el fondo, muy en el fondo, sabrás quién fui. En el fondo más al fondo sabrás que hace tiempo que ya no importa quien fuera.


Neftalí

2 comentarios:

Unknown dijo...

Besos furtivos en la noche, que a veces damos o recibimos, sin saberlo o sin recordarlo. Nunca podemos estar seguros de quién nos ha besado sin nosotros saberlo, y siempre habá personas a las que hemos besado sin que lo sepan.

Torrado dijo...

jjajaajaj, si cuando quieres eres todo un poeta. Aunque tengas la pilila chiquinina, que sí, que te la vi en la foti, ;)