miércoles, 20 de febrero de 2008

Para la libertad

Para la libertad sangro, lucho, pervivo,
para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

Miguel Hernández.

Porque por mucho que lo intenten no podrán callarnos, no podrán cortar nuestras alas no podrán hacernos desaparecer mientras nuestra voz quede instalada o inscrita a fuego y risa en trozos de papel, en paredes humedas o en una clave cifrada bit a bit de unos y ceros.

No basta encarcelar al poeta, no basta matarlo contra el paredón a sangre o contra el olvido a exilios. No basta prohibir su obra o quemar sus páginas. No basta. No basta enclaustrar a la belleza, condenarla a intemperie o a descuido. No es suficiente con promulgar leyes eficientes contra el corazón...

Al menor descuido y con la más minima coartada, la sinceridad, la verdad y la justicia, como escoltas y abanderadas, abrirán paso y desde cualquier gotera o un simple nubarron reuniran el agua necesaria, ese agua que es acaso pan o vino, para que de la tierra exterminada y aparentemente yerta resurja la vida, la alegria, la libertad que esperan arreboladas su momento...

Podrán callar nuestros labios pero nunca podrán con nuestra libertad.
Podrán inflarnos de desidia pero tarde o temprano hallaremos la fórmula o la casualidad que estabamos esperando para hacer estallar nuestra alegría e inundar el aire de futuro.

Neftalí

1 comentario:

Una Bruja... dijo...

Cabllero le dejo un suspiro...adoro la libertad el libre albedría tambien y adoro mucho mas como describes tu todo esto!

le dejo un besote y le agradesco su visita!
bye bye