martes, 11 de diciembre de 2007

Desde mi libertad



No llevare ninguna imagen de aquí,
me iré desnuda igual que nací,
debo empezar a ser yo misma y saber,
que soy capaz y que ando por mi pie,

Desde mi libertad
soy fuerte porque soy volcán,
nunca me enseñaron a volar
pero el vuelo debo alzar.

Sentado en el andén, ¿cuantas veces temí que ningún tren llegara a mi parada?¿Cuantas veces lloré?¿Cuantas veces deje que el desánimo me poblara?

El silencio es mal consejero de partida para un ser inquieto, pero le di una oportunidad y a golpe de misterio aprendí a leer, a escuchar como crujen los maderos traveseros de las vías, a distinguir el paso de los transeúntes en la distancia, a comprender que el viento que me lamía la cara había recorrido antes de posarse en mis pensamientos, mil una veces la tierra lejana. A convertirme en un grano de arena minúsculo del desierto.

Una vez que alcanzamos la comprensión de la humilde e infinitesimal existencia humana, se tiene tan poco que perder, que el mundo se convierte en un regalo maravilloso, un lugar donde crecer, donde volar, donde verter notas y estrellas y besos, donde soñar biberones y pasar todas las tardes amamantando a la esperanza...

Desde mi libertad soy fuerte porque soy volcán...

Neftalí

3 comentarios:

Una Bruja... dijo...

la compresión de la existencia humana me viene como destellos por lo general cuando me siento abatida..desearía que durara más pero me inunda la vida otra vez..
saludos para ti.
que lindo lo que has escrito.

Vailima dijo...

Hermosa forma de ver la vida la tuya. No somos nada como bien dices, pero todavía nos queda la belleza y la mirada que nos convierta en polvo, mas polvo enamorado.

un abrazo y mostrarte mi contento por este reencuentro.

Torrado dijo...

me alegra que la gotas de vida que transpiro encuentren su eco en vuestros corazones...