miércoles, 8 de agosto de 2007

Prefiero el trapecio

y aunque sé que el tiempo se derrama como lluvia entre tus dedos, de tarde (noche) en tarde (noche) encontrás un hueco para visitarme, para leerme, y aún en sueños, releerme. Y entonces se para el tiempo y se detiene la doliente desmesura que consagras... Y es luego cuando aparezco justo en el instante que con tu matamoscas intentas aplastarme, pero no podrás, porque ya me habré ido, porque estamos condenados (o recompensados) a habitarnos en efímeros instantes de complicidad etérea. En el fondo no somos más que eso, ninfas, querubines y otra suerte de seres inciertos que pocos conocen, y que menos comprenden: "Gente ficticia, gente fetén si el mundo fuese de cartulina"

Neftalí

No hay comentarios: