domingo, 8 de noviembre de 2009

De aquí p'allá


Oscilaciones entre lo relevante y lo invisible
que te traen a mi primera
línea de pensamiento
o te dejan
aparcada en el olvido
impresionante, indivisible,
supremo.

Con el viento insuflando mis velas
con tu licor,
mi canoa se atreve a posarse cerca
de tu orilla.
Pregunto. Alguien me presta alguna silla
y ahora
sólo tengo que esperar
tu hora
en mi reloj.

Por fin sales de tu guarida,
por fin te dignas a dejarte ver.
Por fin rehúsas tu naturaleza inmemorial
y te materializas.
Luego, desde lejos,
me ofreces algo de beber.

El trigo de ahí afuera
festeja el saber
que por fin, al fin, nos encontramos.
El viento, de nuevo el viento,
se alegra agitando mis cabellos
alados
al comprobar
que te dejas encontrar...

Y entonces el péndulo se desliza.
Y entonces se pasa mi ciclo
de luna creciente,
y entonces me alejo, sin querer, de tu regazo,
y entonces, como siempre,
me despierto del sueño,
se deshace tu abrazo,
se derrite tu esmeralda
y me caigo de la cama,
¡Por los dos lados!

Neftalí.

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